Los avances tecnológicos hacen posible que se fabriquen vehículos cada vez más eficaces y seguros, al mismo tiempo que se intenta una mayor compatibilidad medioambiental. Hasta ahora, se ha ido evolucionando ofrenciendo ciertas mejoras ya disponibles en el mercado. Pero los fabricantes de coches y las compañías químicas continúan investigando con el objetivo de diseñar un coche inteligente y ecológico que pueda salir al mercado para el beneficio y seguridad de todos.
Por un lado, los coches del futuro poseerán sistemas electrónicos inteligentes que velen por nuestra seguridad. Los vehículos dispondrán de un mecanismo de guiado automático gracias a un navegador GPS y a una serie de sensores que leerán las señales y balizas de las carreteras. Se facilitará la conducción con cambios automáticos y secuenciales accionables en el volante, cámaras de visión trasera, sensores para aparcar y sistemas de aparcamiento automático. Además, se espera equipar los vehículos con frenos eléctricos más rápidos y precisos, con faros bixenón móviles que giren e iluminen el interior de las curvas y con sistemas de visión nocturna por infrarrojos. Junto con los dispositivos de seguridad como el ABS y el control de estabilidad ESP, que actúa sobre los frenos y el acelerador para evitar los derrapes, se espera incluir sistemas de alerta por cambio de carril y radares antichoque. También se espera que se generalicen los sensores de alcohol y drogas que bloquean el coche evitando una conducción temeraria.
Por otro lado, aunque los combustibles fósiles actuales, gasolina y gasóleo, serán mayoritarios durante los próximos diez años, irán apareciendo otros como el hidrógeno. Además, las compañías químicas siguen investigando con el objetivo de alcanzar un nuevo combustible sintético, ecológico e inagotable, elaborado a partir del gas obtenido de plantas y residuos vegetales. Este ecofuel permitiría que se redujeran los consumos y las emisiones y se acabara con la dependencia del petróleo.
Hasta que podamos ver en carretera estos coches del futuro pasarán unos años. Hasta entonces, seguiremos conduciendo a la espera de un automóvil inteligente que nos desplace de manera rápida, ecológica y segura.
Por un lado, los coches del futuro poseerán sistemas electrónicos inteligentes que velen por nuestra seguridad. Los vehículos dispondrán de un mecanismo de guiado automático gracias a un navegador GPS y a una serie de sensores que leerán las señales y balizas de las carreteras. Se facilitará la conducción con cambios automáticos y secuenciales accionables en el volante, cámaras de visión trasera, sensores para aparcar y sistemas de aparcamiento automático. Además, se espera equipar los vehículos con frenos eléctricos más rápidos y precisos, con faros bixenón móviles que giren e iluminen el interior de las curvas y con sistemas de visión nocturna por infrarrojos. Junto con los dispositivos de seguridad como el ABS y el control de estabilidad ESP, que actúa sobre los frenos y el acelerador para evitar los derrapes, se espera incluir sistemas de alerta por cambio de carril y radares antichoque. También se espera que se generalicen los sensores de alcohol y drogas que bloquean el coche evitando una conducción temeraria.
Por otro lado, aunque los combustibles fósiles actuales, gasolina y gasóleo, serán mayoritarios durante los próximos diez años, irán apareciendo otros como el hidrógeno. Además, las compañías químicas siguen investigando con el objetivo de alcanzar un nuevo combustible sintético, ecológico e inagotable, elaborado a partir del gas obtenido de plantas y residuos vegetales. Este ecofuel permitiría que se redujeran los consumos y las emisiones y se acabara con la dependencia del petróleo.
Hasta que podamos ver en carretera estos coches del futuro pasarán unos años. Hasta entonces, seguiremos conduciendo a la espera de un automóvil inteligente que nos desplace de manera rápida, ecológica y segura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario